AGROECOLOGÍA, AGRICULTURA ORGÁNICA Y SISTEMAS PARTICIPATIVOS DE GARANTÍA

Diferencias entre Agroecología y Agricultura Orgánica. La distintas maneras de certificar los productos ecológicos y la importancia de los SPG

Por Rodrigo Covarrubias

La agroecología, a nivel global y regional, es cada vez más influyente en la producción agrícola a raíz de las problemáticas ambientales. Y no solo en la producción, sino también al nivel del consumo, de la distribución, de los desarrollos académicos y científicos, de los proyectos pedagógicos, de la implementación de políticas públicas y de la importancia a nivel social, cultural, económico y ambiental que tiene en las comunidades que la practican.

En A+S se han realizado coberturas respecto en el tema, como la producción en el periurbano bonaerense o el proyecto de docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo, con sede en General Alvear, Mendoza.

Por otra parte, un factor a tener en consideración en cuanto a los alimentos que se producen de manera ecológicamente sustentable, es la legitimidad y la validez de que lo sean efectivamente. En otras palabras, que cuenten con sello y certificación adecuada.

La agricultura orgánica es otra de las experiencias difundidas como modelo alternativo a los sistemas agrícolas que utilizan productos de síntesis química para el control de plagas y malezas. Desde vinos, vinagres, mermeladas, miel, yerba mate o galletas, hasta cremas, productos de higiene personal y demás productos cosméticos. La producción orgánica se extiende cada vez más en el mundo y en los mercados internacionales crece la competencia por dichos productos.

Según el informe de Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), Situación de la Producción Orgánica en la Argentina durante el año 2022, en Argentina “durante el año 2022 la superficie orgánica cosechada creció un 14%, cosechándose 109.987 hectáreas en total, sosteniendo la tendencia positiva que muestra esta variable desde hace más de una década”.

Pero es preciso hacer salvedades en las diferencias entre agricultura orgánica y agroecología. Aunque en muchas ocasiones se utilicen como sinónimos, según un texto de referencia académica para la disciplina agroecológica, titulado «La Revolución agroecológica en América Latina – rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesino –«, escrito en conjunto entre Miguel Altieri y Víctor M. Toledo, se explica:

“Hay otro tipo de alternativas agrícolas que son significativamente diferentes de los enfoques agroecológicos. Por ejemplo, la agricultura orgánica o ecológica que mantiene monocultivos depende de insumos externos biológicos y/o botánicos, y no está basada en principios agroecológicos. Este enfoque de «sustitución de insumos” esencialmente sigue el mismo paradigma de la agricultura convencional, es decir, superar el factor limitante, pero esta vez con insumos biológicos u orgánicos. Muchos de estos «insumos alternativos» se han convertido en mercancía, por lo tanto, los agricultores siguen dependiendo de proveedores, cooperativas o empresas. Nosotros sostenemos que los sistemas agrícolas que no cuestionan la naturaleza del cultivo, que dependen de insumos externos, que se basan en sellos de certificación extranjeros y caros, o en sistemas de comercio justo destinado sólo para la agro-exportación, ofrecen poco a los agricultores, volviéndolos dependientes de insumos y mercados externos”.

La Revolución agroecológica en América Latina (2011)

Por lo visto, una parte relevante del asunto pasa por la manera de certificar los productos. La certificación orgánica se da por una tercera parte, es decir, por entidades certificadoras que fiscalizan y controlan a quienes producen, elaboran y comercializan los productos orgánicos. En Argentina, estas entidades actúan en nombre del Senasa, quien a su vez controla a las entidades certificadoras a través de auditorías e inspecciones a los operadores.

Pero este tipo de certificación muchas veces es cuestionada, ya que resulta costosa, aumenta la dependencia externa, eleva el precio de venta y no tiene en cuenta principios de la agroecología. La producción orgánica no plantea un rediseño de la producción agrícola en su totalidad y en gran parte se trata de sustituir insumos químicos por insumos biológicos, es decir, “superar el factor limitante”. Por ende, no se cuestiona la raíz del problema, mas bien se apunta al síntoma, de manera que los productos orgánicos pueden convivir con extensos monocultivos o con canales de comercialización pocos sostenibles que implican un gran gasto energético.

La agroecología, en cambio, propone un planteo más amplio a partir del dialogo horizontal entre la ciencia y la tradición campesina, desde el respeto a la diversidad de las especies, el mejoramiento de la actividad biológica del suelo, las cadenas cortas de comercialización, la accesibilidad a los productos, la prioridad por lo local y el desarrollo económico en favor del bienestar social y ambiental, y no al revés. En otras palabras, la agricultura orgánica es una importante alternativa a la agroindustria convencional, deudora de los productos de síntesis química. A diferencia de la agroecología, sus finalidades son mas bien comerciales antes que ambientales y sociales. La finalidad de la agroecología, en cambio, es la soberanía alimentaria, entendida como el derecho de las personas para producir, distribuir y consumir alimentos sanos, cercanos de su territorio de una manera ecológicamente sostenible.

¿Qué son los Sistemas Participativos de Garantía?

Para las comunidades que practican la agroecología, debido a las dificultades derivadas de la certificación por una tercera parte, resulta importante contar con herramientas para darles fiabilidad a los alimentos producidos ecológicamente. Para esto existen los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) o Sistemas de Certificación Participativas. Dichos sistemas operan a nivel local tomando como base la participación de los actores involucrados en el proceso de la producción de alimentos. Es decir, son protocolos de garantía construidos a través del trabajo conjunto de las comunidades locales, teniendo como base la confianza y el intercambio de conocimiento. Estas garantías son consensuadas con la participación de productores, entidades académicas, cooperativas de trabajo, organizaciones dedicadas a la distribución, ONG´s de consumidores y organismos de gestión pública municipales, entre otros.

Según IFOAM (International Federation Of Organic Agriculture Movements, por sus siglas en inglés), “Los Sistemas de Garantía Participativos comparten una meta común con los sistemas de certificación por tercera parte puesto que proporcionan una garantía creíble para los consumidores que buscan productos ecológicos. La diferencia está en el enfoque. Como el nombre lo sugiere, la participación directa de los productores e incluso de los consumidores en el proceso de garantía, no solamente se fomenta sino puede ser un requisito”. Es decir, la participación de los actores involucrados en el proceso, y no ya una entidad externa, es lo que garantiza la sustentabilidad de los productos. En este sentido, se trata de una herramienta democrática que surge del empoderamiento de las comunidades y de la independencia de éstas respecto de las certificadoras de tercera parte. Además, IFOAM enumera 6 elementos básicos de los SPG: visión compartida, participación, transparencia, confianza, aprendizaje y horizontalidad.

Las experiencias de los SPG se han multiplicado en los países de la región y en Argentina, varias de ellas se pueden consultar en el documento Sistemas Participativos de Garantía Agroecológicos en la Argentina” de la Ing. Agr. Rosa Fernández de la Universidad Nacional de La Matanza. Otras referencias puntales de localidades argentinas pueden verse en Los SPG como promotores de la agroecología y soberanía alimentaria, la experiencia de Bella Vista – Corrientes – Argentina”, o en la producción audiovisual Sistema de Garantía Participativa, de Huerquen Comunicación en Colectivo, además del vasto material disponible en internet, tanto en referencia al país como a otras regiones del mundo.

En septiembre de 2022 se llevó a cabo el primer Encuentro Nacional de Sistemas Participativos de Garantías en Chapadmalal, organizado por la Subsecretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, el Senasa, la Dirección Nacional de Agroecología e INTA y contó con la presencia de representantes de más de 40 experiencias de distintos municipios de todo el país.

En conclusión, como afirma la Ingeniería Rosa Fernandez en el documento citado, los SPG “promueven el desarrollo de procesos colectivos de autogestión y decisión autónoma sobre el manejo de los recursos y de las formas de producir, comercializar y consumir alimentos, contribuyendo con la soberanía alimentaria”.

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