¿Cómo son las zapatillas sustentables?
“No hay forma de reciclar una zapatilla”, asevera Javier de Grado, creador de Brotezapas. En su emprendimiento minimiza el uso de energía recolectando materiales reciclados, como telas, caucho y cámaras de bicicleta, para diseñar zapatillas artesanales

Por Florencia Padrón
A+S dialoga con Javier de Grado quien creó en 2013 Brotezapas con el fin de confeccionar una alternativa sustentable a las zapatillas convencionales del mercado.
“Las zapatillas se hacen de cuero, de materiales textiles sintéticos y de plásticos, la mayoría son de PVC -Policloruro de Vinilo- y PU -Poliuretano-”, explica Javier. Además de que la producción de estos materiales es contaminante, argumenta que estos calzados son productos complejos de reciclar.
“Una vez que se te gasta la suela o se te hace un agujero, esa zapatilla queda para siempre en el planeta. Como está hecha de distintos tipos de plásticos, no podría ser reciclada, sino que habría que separarla en muchas partes pequeñas”, detalla Javier de Grado.
A fin de crear calzados alternativos, luego trabajar en relación de dependencia para varias marcas, comenzó a diseñar sus propios productos con un proceso sustentable y un 70% de materiales reciclados.
En su producción evita generar grandes consumos de energía y de disminuir el uso de maquinaria. “Elegimos procesos de costura manual, en lugar de tener 10 máquinas de coser, siempre y cuando el diseño acompañe”, explica. En su taller, ubicado en Córdoba, son tres empleados que tienen la capacidad de hacer 100 pares al mes.

“Una forma que tenemos de no consumir agua es no generar nuevas telas. La industria textil es de las más contaminantes en cuanto al recurso hídrico”, comenta en referencia a la cantidad de litros que requiere la producción de prendas. Por ejemplo, para fabricar una remera se necesitaron 2.700 litros de agua -lo que una persona promedio bebe durante dos años y medio-, conforme al Servicio de Estudio del Parlamento Europeo -EPRS-.
En su emprendimiento, consiguen la tela de donaciones de ropa usada y de retrasos textiles en comunidades en internet. También le compran a fábricas textiles los últimos metros de tela de sus rollos. “Siempre hay 2 o 3 metros que no usan por cuestiones de producción porque pierden tensión”, aclara.
“Cuando vamos a Buenos Aires por la zona de Once siempre en las veredas se encuentran un montón de retrasos”, agrega. Además, reciben telas de sus clientes para confeccionar zapatillas personalizadas. Continúa: “Podemos hacerte un par de zapas con una prenda que te gusta mucho o para combinarla con otra”.

Aparte de los textiles, en la producción usan caucho y cámaras neumáticas de bicicleta o de moto que obtienen de distintas bicicletas y gomerías todos los meses. A fin de reducir sus residuos, con los restos de cuero y de caucho hacen llaveros que le regalan a sus clientes.
“Lo único que no usamos reciclado es la parte de abajo de la suela porque no hemos conseguido reemplazar el material”, explica. Abandonaron la idea de usar caucho de cubierta de auto porque era un proceso contaminante.

El emprendedor considera que orientarse a una producción sustentable no es “más caro”, peró si requiere un “trabajo extra». “A mí me sería muy sencillo ir a un local y comprar 10 metros de tela negra, roja y verde. En cambio, en la forma de donación yo tengo que ir juntando los metros, gestionar la logística”, argumenta.
Resalta que tener un proyecto sustentable tiene sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, cada una de las telas que reciben las deben cortar, lavar y preparar para transformarlo en calzado, pero en el costo final tienen menos gastos porque la mayoría de las de los materiales son donados.
Otra características es que su calzado es “barefoot” dado que busca restablecer “la salud de los pies”. Argumenta: “Se pensaba que el calzado tradicional necesitaba un talón más alto, una suela súper acolchada, la punta estrecha. Sin embargo, los pies tienen que hacer fuerza, no pueden estar todo el tiempo cuidados porque sino perdemos fuerza en las piernas y generamos una mala postura”.

En su emprendimiento tardaron en usar un packaging porque estaban “negados a entregar un producto sustentable en una caja de cartón nueva”. Hasta que se asociaron con cervecerías artesanales que les mandan sus residuos de bolsas de plastillera con las cuales pueden hacer sus propios empaques.