Emprendedora de moda sustentable: “Fue todo un riesgo dejar todo por mí y ser mi propia jefa”
Sofía García diseña desde 2020 carteras, mochilas, billeteras y otros accesorios con caucho de neumáticos y cortinas rollers reciclados. También realiza talleres de capacitación a internos en cárceles de Mendoza
Entrevista por Judith Scheyer
Edición por Florencia Padrón
A+S dialoga con Sofía García, emprendedora mendocina, fundadora de Chamama, sobre el trabajo en su marca y su experiencia enseñando en las cárceles.
¿De qué se trata Chamama?
Hacemos accesorios, mochilas, riñoneras, morrales y un montón de cosas más, reciclados a partir de caucho -las cámaras de los vehículos- y de blackout de las cortinas rollers. Son todos materiales muy resistentes.
¿Cómo obtenés ese material?
Tenemos arreglos con algunas empresas. Las cortinas de la última tanda las hicimos con Flex color. Nos donan las partidas que están manchadas o las texturas que salieron mal, y que ellos no las pudieron reciclar.
El caucho me está costando conseguir porque los autos ya vienen sin cámara. Las de bicicleta también me sirven, pero lo mejor son las de camión que son mucho más grandes. Tengo varias gomerías amigas para ir a buscar.
¿Cómo trabajás con ese material?
Hay un proceso muy largo que no se nota en el producto final. El caucho es un material súper complicado de manejar, es muy duro. Nosotros abrimos las cámaras, después hacemos un proceso de lavado y de lustrado muy largo. Más allá de que el caucho ensucia por sí mismo, el que usamos viene de la basura.
El blackout también lo lavamos. Hay veces que estaban en lugares muy sucios. En este se nota mucho más el proceso de lustrado
¿Cuál es tu formación?
Siempre digo que soy diseñadora autodidacta. Yo estudié enología. En realidad, cuando era más joven empecé con una marca que también reciclaba las cajas tetra.
¿Qué hacías?
También accesorios, pero cosía a mano. En ese momento no estudiaba todavía. Después fui mamá de dos nenas, por la maternidad y el lío de la vida tuve que dejarlo. En el 2020 justo con la pandemia me pude comprar mi primera máquina industrial. En ese momento empecé vendiendo sólo billeteras de caucho.
Ya había marcas que reciclaban caucho y yo quería hacer algo distinto. Un día salí de mi casa y encontré entre un montón de bolsas de consorcio un pedazo de tela, un rollito. Lo probé y de esa fusión salió Chamama.
¿Tenés la posibilidad de vivir de tu emprendimiento?
Hoy puedo vivir de esto, lo complemento con un montón de otras cosas que salen de la marca. Desde el 2022 hasta ahora, estuve dando capacitaciones en los penales de Mendoza. Estoy muy feliz porque fue todo un desafío y un riesgo dejar todo por mí y ser mi propia jefa.
¿Cómo llegaste a trabajar en los penales?
Desde el Ministerio de Economía me contactó Pablo Gareca -de la Dirección de Emprendedores de Mendoza- para decirme que le gustaba mi marca y como trabajaba. Entonces, armamos un equipo de trabajo con otra diseñadora y una compañera que es profesora de nivel inicial.
¿En qué penal?
En el 2022 yo específicamente estuve en Almafuerte y Boulogne Sur Mer, pero también se trabajó en El Borbollón.
¿Siempre para mujeres?
No, yo empecé con hombres. Recién el año pasado hicimos Almafuerte mixto y Almafuerte hombres.
¿Qué les enseñás?
Mi compañera les enseña todo lo que sería el armado de proyectos para que ellos armen una marca. La idea era que yo fuera. a comunicar que se puede, que es cuestión de animarse y jugársela por lo que uno le gusta. También les enseño sobre el uso de maquinaria industrial, de materiales y cómo mejorar la calidad del diseño.
¿Cómo es el trato con los internos?
Es directo. Estamos en un taller trabajando todos juntos. Es muy hermoso. Ellos son súper respetuosos. En mi experiencia, sentía que quería estar ahí, y nunca me había pasado antes.
¿Notás que están ávidos de aprender o que están pasando el tiempo?
Tienen muchas ganas de aprender. Es una realidad muy distinta. Siempre les digo que es un aprendizaje mutuo, ellos también me enseñan cosas de la vida y de sus realidades que muchas veces juzgamos sin saber qué pasó o cuál es la realidad de cada uno.
¿Vos conocés sus historias de vida?
Sí, sólo cuando quieren contarnos, nosotras no podemos preguntar.
¿Te preguntan de vos?
Obvio. Es más, hay muchos que hemos seguido en contacto, han salido del penal y seguimos charlando. Ahora estamos armando una asociación y trabajamos con una chica que ya salió en libertad.