Expo Desarrollo Sustentable: ¿Cómo reducir los gases de efecto invernadero?

El mundo debe abandonar las fuentes de energía tradicionales que producen «inmensas» cantidades de CO2 porque contribuyen al calentamiento global, explicó Fernando Montserrat, ingeniero de Nucleoléctrica Argentina. Además, en la Expo Desarrollo Sustentable 2023 sugirió unas medidas que debería seguir Argentina para disminuir su emisión
Por Florencia Padrón
La carbonización de la atmósfera comenzó en la Primera Revolución Industrial con el uso de carbón como combustible porque emite residuos como el CO2, según expuso el ingeniero de Nucleoléctrica Argentina (la empresa operadora de las centrales de energía nuclear del país). Sin embargo, durante la Segunda Revolución Industrial con el uso del petróleo y del gas inició una curva exponencial de emisiones que en la actualidad la sociedad no le está encontrando solución, solo «microsoluciones».
«Antes nadie hubiera creido que el CO2 podría generar una saturación», expresó. Se pensaba que no habría que preocuparse porque las plantas lo absorberían. Sin embargo, el humano deforestó los bosques y destruyó la «máquina autorreguladora» de CO2 del planeta, la naturaleza. Entre más vegetación, hay más CO2 y cuando deja de haber vegetación se necesita menos CO2, pero «por nuestra intervención hemos eliminado esta máquina perfecta».

El ingeniero de Nucleoeléctrica Argentina argumentó que la producción de energía a carbón, la cual genera residuos en cenizas, es «la peor de todas» y que su uso continúa porque es «muy barata».
Expusó: «En 1982 un 38% de la energía tenía como fuente el carbón y en 2015 representó el 37%«. Aunque, en Argentina no se utiliza, es afectada por contaminación de la producción mundial.

«Hay una ecuación que dice que en un país entre más megawatts cada uno consume (sus megawatts per cápita) mayor es su calidad de vida en cualquier indicador alfabetismo, cantidad de hospitales, mortalidad», afirmó para demostar la relación entre el consumo y el bienestar. Pocos países muy desarrollados con un nivel de vida muy alto pueden mejorar sus indicadores y generar menos CO2, pero no es el caso de Argentina, según el ingeniero Montserrat. Aseguró que China aplicó esta formula para sacar a 70 millones de personas de la pobreza.
Según Our World in Data, el mundo emite alrededor de 50 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año. Datos del 2016 indican que el 73,2% de las emisiones fueron producidas por el uso de energía.
La situación de Agentina
Argentina aporta entre el 0,70% y el 0,88% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera. Según Montserrat, algunas de las causas son: Su dependencia a los combustibles fósiles; el alto desarrollo del sector agropecuario (la ganadería produce metano); y la deforestación.
Según YPF, en el 2012 el 34% de la matriz energética de Argentina fue generada por petróleo y el 53% por gas.
A fin de reducir sus emisiones, explicó que no sólo habría que abandonar los hidrocárburos, sino que lo principal sería disminuir el consumo energético. Esto se debe a que todas las fuentes de energía producen CO2 y otros residuos, incluso las renovables (aunque, no de manera «exponencial» como el carbón y el petróleo).
«A veces alguien sale del baño y cierra la canilla de agua, pero deja la luz prendida. Como no hay forma de generar energía eléctrica sin dañar al medio, además de cerrar la canilla del agua, apagá la luz, consumí menos«, expusó. El problema de la eficiencia energética es que va en contra del modelo económico: «Consumir menos no es negocio».

También se deberían aumentar las fuentes alternativas lo máximo posible, conforme al ingeniero. A pesar de sus falencias: No son competitivas, son intermitentes y no se acumulan en «una batería enorme». «Ustedes quieren llegar a su casa las 3 de la mañana y prender la luz. Quieren que en un hospital la luz esté andando a cualquier hora. Estas energías abastecen el consumo instantáneo, el problema es que de noche no hay sol y no siempre hay viento», explicó.

Por lo dicho, para el ingeniero la solución no es que todo sea solar o eólico, sino que es necesario mezclarlas. La energía debe ser producida por muchas fuentes a la vez. Ejemplificó: «España tiene un parque eólico enorme. En una hora puede abastecer con un 20% del parque a todo el país, pero en otra hora no abastece a nadie y depende de Francia que tiene al lado un 78% de energía nuclear».
Por otro lado, se expresó en contra de quienes discuten la necesidad de construir más plantas hidroeléctricas. «Obvio que cambia el clima y genera metano, que es 4 veces peor que el CO2, pero no se puede comparar con la producción del carbón o del oil», argumentó. Asimismo, defendió que habría que aumentar el número de centrales nucleares, además de Atucha I, Atucha II y Embalse.

Otras políticas que tendría que tomar el país son: «El fortalecimiento de la ley de bosques, la máquina perfecta que destruimos, y la mejora de los ferrocarriles dado que son un medio de transporte eficiente que Argentina se dio el lujo de desmantelar».