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FRUTILLAS DEL VIENTO: rentabilidad y tecnología

El INTA junto a 500RPM, promueven la integración de energías renovables para cultivar en microtúneles con riego por goteo

Por año, en Chubut, se cultivan de 15000 a 17000 plantillas del proyecto “Frutillas del viento”, características por su sabor dulce. Sin embargo, enfrentan un problema: el clima y el nivel anual pluviométrico.  

Esta región, la estepa patagónica, posee dos situaciones con respecto a la pluviometría anual: mientras en la zona de Esquel el régimen pluviométrico es de entre 500 y 600 milímetros al año; a 100 kilómetros hacia el este no supera los 200 milímetro al año. En la temporada productiva, la cual abarca desde septiembre a mayo, el clima es variable; en primavera hay fuertes vientos, heladas y días cálidos.

La dulzura de estas frutillas se debe a dos condiciones: por un lado, al tener días de verano de un largo superior al de otras zonas de producción -más de 16 horas de luz- y noches con temperaturas frescas -8 a 13 grados-, deriva en que la planta pase muchas horas fotosintetizando, es decir, produciendo azúcares. Durante la noche el consumo de azúcar es baja, por lo tanto, la acumulación de azúcares es mayor -10 a 14 grados brix-, mientras que las frutillas de otras zonas poseen entre 7 a 8 grados brix.

Con el fin de impulsar su producción, investigadores y extensionistas del INTA Esquel promueven la integración de energías renovables para cultivar en microtúneles con riego por goteo, utilizando aerogeneradores y energía solar para el bombeo de agua.

Según Eduardo Miserendino, profesional del INTA Esquel, la variabilidad climática es mitigada con el microtúnel. El cual permite mediante el manejo de apertura y cierre, mantener las temperaturas adecuadas al cultivo y protegerla del viento.

En relación al manejo del cultivo, el riego por goteo consiste en cintas que tienen emisores -goteros- cada 10 centímetros y que distribuyen un litro por hora. Estas cintas cuando se abren las válvulas se llenan de agua y una vez alcanzada la presión adecuada, comienzan a gotear. Por otro lado, el horario de riego se programa cuando hay más intensidad solar, cuando más requerimiento tiene la planta y que además permite que la misma no sufra por excesivo calor.

Los aerogeneradores construidos en las escuelas técnicas, con la capacitación y asesoramiento del equipo de 500RPM, son los que proveen la energía que abastece a las bombas de agua. Estas bombas elevan el agua a reservorios que están en altura, para que desde ahí por gravedad lleguen al cultivo con la presión y caudal adecuados.

“Estos aerogeneradores son activados por el viento, que de acuerdo con la velocidad generan energía que se almacena en baterías. Cuando el viento es excesivo el modelo de aerogenerador que utilizamos poseen un sistema de autofrenado que lo protege. Por otro lado, si la energía que va hacia las baterías es excesiva esta se desvía a una resistencia”, explicó Miserendino.

La plantación de la frutilla en la Patagonia se realiza entre septiembre y octubre, meses muy fríos, pero con días cada vez más largos. Esto permite que dentro del microtúnel se logre elevar la temperatura, por ende, el cultivo comienza su crecimiento. La cosecha comienza en noviembre y se extiende hasta marzo.

Fuente: INTA

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