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LA UNIÓN EUROPEA Y LA DEFORESTACIÓN

La deforestación es un tema que preocupa y mucho a la Unión Europa. Ya empezó a tomar algunas medidas para lidiar con esta situación.

La Unión Europea y la deforestación
La Unión Europea y la deforestación

Por Fernado Vilella

En estos días en el continente más amplio y antiguamente deforestado, el Parlamento Europeo emitió el Reglamento sobre la importación, comercialización interna y exportación de algunas materias primas y productos asociados que según sus definiciones influyen en la deforestación y la degradación ambiental. Incluyen carne vacuna, aceite de palma, soja, madera, cacao y café, así como derivados como, entre otros, cueros o chocolate.

Su visión es que la competencia de la UE para actuar en el ámbito de la deforestación y la degradación forestal se deriva de la artículos del Tratado de Funcionamiento de la propia Unión Europea (TFUE) relacionados con la protección del medio ambiente De acuerdo con el artículo 191 (1) del TFUE son “preservar, proteger, y mejorando la calidad del medio ambiente, protegiendo la salud humana, prudente y racional utilización de los recursos naturales, promoviendo medidas para hacer frente a los problemas regionales o mundiales problemas ambientales, y en particular la lucha contra el cambio climático”.

El aumento histórico de la población humana está asociada a la disponibilidad de alimentos, solo posible con la agricultura. Hace ocho mil años se comenzó a talar bosques en cantidades pequeñas pero significativas con técnicas de corte y quema rotando terrenos tanto para europeos como para mayas o asiáticos. Como la madera era clave como combustible y material de construcción cerca de poblaciones la deforestación fue intensa y común a todas las civilizaciones.

Un dato notable es que, en el año 1089, Guillermo el Conquistador ordenó realizar un censo para estudiar y conocer sus nuevos dominios en Inglaterra y encontró que ya se había deforestado el 85 % de los campos en general y el 90 % de la tierra cultivable por debajo de los mil metros de altura sobre el nivel del mar. Gran Bretaña siete siglos antes de la era industrial estaba totalmente deforestada y los bosques que quedaban eran solo reservas de caza para la realeza y la nobleza.

También por la Colonización de América  desde el siglo XV se deforestó para la construcción a gran escala de veleros de madera para el comercio la exploración, colonizacióncomercio de esclavos debilitando la economía doméstica ya que la economía se volvió dependiente de las actividades coloniales para la obtención de recursos forestales, trasladando así su impacto a las Américas.

Los europeos estaban en el límite de un desastre nutricional y energético, del cual se salvó en el siglo XVI solamente gracias a la quema de carbón y el cultivo de papas y maíz.

Frente al poderío británico en los mares, los reyes Felipe V, Fernando VI y Carlos III incentivaron la creación de astilleros en algunas ciudades americanas, como La Habana, Campeche, Guayaquil, El Realejo, Nicoya, Panamá, El Callao y Coatzacoalcos, con el objetivo de recuperar el poderío naval que se había perdido. Inglaterra estaba tan ampliamente deforestada que dependía del comercio del Báltico y de los bosques de Nueva Inglaterra para los barcos. Un dato para dimensionar es cada barco de guerra de la Marina Real de Nelson en la Batalla de Trafalgar requirió 6.000 robles maduros para su construcción. En Francia, el político Jean-Baptiste Colbert plantó bosques de robles para abastecer a la marina francesa en el futuro. Cuando las plantaciones de roble maduraron a mediados del siglo XIX, los mástiles ya no eran necesarios en los barcos de vapor metálicos.

La Europa que se auto deforestó, que lo hizo en todos los lugares que colonizó y cuyas empresas son actores activos en este problema real o del trabajo infantil ha decidido que en 2 años no importará ni exportará productos obtenidos en sitios de deforestación o degradación reciente según sus propias definiciones sin importar las leyes locales de los países de origen.

Es muy importante que la definición de libre de deforestación establece una fecha límite del 31 de diciembre de 2020. Esto significa que no se permitirá la entrada o salida de ningún producto básico ni producto incluido en el ámbito de aplicación del reglamento el mercado de la UE si se produjeron en tierras sujetas a deforestación o degradación forestal después de esa fecha. La fecha propuesta minimiza la interrupción de las cadenas de suministro y el potencial impactos negativos en los países socios. Corresponde a compromisos internacionales para frenar deforestación como, por ejemplo, incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Objetivo 15.2.)

El tema de la deforestación es relevante y requiere una discusión basada en evidencia, que requiere definir el mejor equilibrio en determinados ambientes ya degradados y si no corresponde ir a la OMC para discutir si es acorde a derecho. Lo cierto es que para ciertos productos aparecen en muy poco tiempo la necesidad de producir y certificar libre de deforestación, otro tema más en la agenda de los acuerdos internos que estadistas deberían tener muy presentes y actuar sobre los mismos.

Fernando Vilella es Ingeniero Agrónomo, Profesor Titular Cátedra de Agronegocios y Director ​del Programa​ de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires 

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