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Huertos y jardines terapeuticos

Argentina + Sustentable dialoga con la ingeniera agrónoma y profesora, María Ana Ramón y con la licenciada Analia Fontana sobre el trabajo de ambas con huertos y jardines terapéuticos e inclusivos

Los cursos se brindan en el marco de la Universidad Nacional del Litoral, son virtuales, desde la plataforma institucional y con una carga horaria total de 50 horas

Por Lucciano Marcon

 ¿Cuál es el objetivo principal de los cursos de planificación y administración de huertos y jardines terapéuticos e inclusivos?

“El objetivo de los cursos es que los/las alumnos/as incorporen conocimientos básicos y generales en relación al diseño e implementación de huertos y jardines terapéuticos, reconozcan sus implicancias y su aplicación con diferentes poblaciones y contextos. Asimismo, que adquieran habilidades necesarias para implementar, administrar y evaluar programas y/o proyectos de horticultura y jardinería terapéutica. Los cursos se brindan en el marco de la Universidad Nacional del Litoral, son virtuales, desde la plataforma institucional y con una carga horaria total de 50 horas”.

¿De qué manera contribuyen los huertos y jardines terapéuticos al bienestar de las personas?

“Con la simple exposición, con sólo estar en un huerto o en un jardín mejora el bienestar general de las personas. Existen numerosas investigaciones a nivel nacional e internacional que documentan y describen como el estar en contacto con la naturaleza mejora nuestra salud y previene enfermedades como la obesidad, la depresión, y enfermedades cardiovasculares entre otras. No olvidemos que la exposición al sol ayuda a sintetizar la vitamina D y ésta a fijar el calcio en los huesos por lo que la sola exposición a la naturaleza es per se una vacuna para mantener la buena salud. Y a esto se hace necesario sumarle los múltiples beneficios para aquellas personas que deciden participar activamente de un huerto y/o un jardín, realizando tareas como remoción de suelo, siembra, cosecha, cuidados, riegos etc. Aquí hablamos de beneficios múltiples y que abarcan diferentes dimensiones tanto físicas, emocionales, cognitiva ocupacionales, sociales y espirituales. Físicamente, podemos incrementar la actividad física y con ello el rango de movimiento, mejorando las habilidades motoras, el tono muscular, la coordinación, el equilibrio, la lateralidad, el control postural, la psicomotricidad, trabajar desde el control de la respiración, entre otras cosas. Desde lo emocional, se puede potenciar el grado de autonomía, la capacidad de observación y la autoestima, las habilidades para resolver problemas, el control de impulsos, la expresión emocional y el sentido de la responsabilidad. Así como disminuir el estrés y la ansiedad, trabajar el afrontamiento del éxito o el fracaso y mejorar el estado de ánimo, además de obtener una plena satisfacción y realización personal por percibir de manera directa, nunca mejor dicho, el fruto del propio esfuerzo. En relación a lo educativos y ocupacional, los usuarios pueden aprender nuevas tareas, conocimientos y habilidades incluso a nivel curricular o a nivel de oficios relacionados con la horticultura y la jardinería, optimizar hábitos y rutinas deseables, trabajar áreas básicas del aprendizaje como la matemática o la del lenguaje e incidir en las actividades de la vida diaria. Si analizamos la dimensión cognitiva veríamos que permite ejercitar múltiples aspectos de rango cognitivo como la capacidad de atención y concentración, la memoria, la planificación y secuenciación de las tareas, la orientación espacial y temporal. Social y comunitariamente es un magnífico recurso para favorecer la integración social, motivar la interacción y la comunicación, mejorar la cohesión grupal, potenciar la cooperación, aumentar la percepción de utilidad y aportación social”.

La ingeniera agrónoma y profesora, Maria Ana Ramón

¿Cuáles son los principios fundamentales de un huerto o jardín terapéutico e inclusivo?

“Bueno, cada huerto o cada jardín que es pensado desde la perspectiva terapéutica tiene principios fundamentales y comunes, diría que lo fundamental es basarlo en el paradigma del Diseño Universal, diseñar estos espacios de modo tal que faciliten el acceso, la permanencia y el disfrute al mayor número de personas posible cualquiera sea su condición. Otro principio es la participación de los usuarios del mismo, el diseño debe reflejar los deseos, las inquietudes y las necesidades de esos usuarios y para ello es necesario ir en busca de su voz, escuchar y luego reflejarlo en la planificación. Y otro de los principios a los que jamás se puede renunciar es que se tratará siempre de un tipo de producción orgánica, sin químicos y en absoluto resguardo y respeto del medioambiente. Además, en estos espacios debemos asegurar oportunidades para la interacción social, para la activación física, el sentido del control y seguridad, oportunidades para relajar y meditar y un área destinada a los sentidos”.

¿Cuál es el enfoque para garantizar la inclusión de personas con diversas habilidades o necesidades en estos huertos y jardines terapéuticos?

“La perspectiva inclusiva está garantizada por la relación dialéctica que se establece entre el diseño universal y la propia naturaleza de la actividad. El diseño universal nos obliga a pensar en un espacio para todos y los jardines y las huertas no juzgan, no discriminan, son espacios donde la naturaleza responde a los cuidados sin importar las características o condiciones de quienes lo brindan”.

 ¿Puede compartir algún ejemplo o historia destacada de cómo los huertos y jardines terapéuticos han tenido un impacto positivo en la vida de las personas?

“Puedo describirte la historia que he transitado desde hace 25 años.  Durante estos años, mediante diferentes proyectos de extensión universitaria hemos abordado diversas poblaciones: niños pequeños, instituciones escolares, jóvenes y adolescentes en riesgo social, adultos mayores institucionalizados y en comunidad, y personas hospitalizadas en Hospitales de Rehabilitación Integral. Nuestro último trabajo tuvo que ver con el diseño y planificación de lo que pronto será el primer jardín y huerto terapéutico de carácter público aquí en Santa Fe.

Cada proyecto conlleva paralelamente a las acciones, el monitoreo e investigación sobre el impacto y el resultado de las mismas. Esto se hace bajo estrictos criterios de metodología científica. En todos y cada uno de los proyectos y en cada una de las poblaciones abordadas los resultados han sido siempre altamente satisfactorios. La vida de las personas mejora en contacto con la naturaleza, somos parte de ella, y es tan importante para nuestra salud que el escritor y pensador Richard Louv llegó a definir la falta de contacto con ella como “trastornos de déficit de naturaleza” describiendo una serie de afecciones de índole física y mental que produce esta desconexión”.

¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrenta al trabajar en la planificación y administración de huertos y jardines terapéuticos?

“Creo que uno de los mayores desafíos es ampliar la mirada y el pensamiento, dejar de lado la mirada simplista y reduccionista que se tiene en relación a los huertos y los jardines que ciertamente hay muchísimos en nuestro país, para dar lugar a una mirada más compleja, más amplia que no sólo piense un jardín en sentido estético y un huerto como un espacio de producción, sino que incorporemos otras dimensiones como la ecológica, la social, la ocupacional, la educativa y la terapéutica. Considerar las múltiples dimensiones brinda la oportunidad de que estas se fertilicen entre sí brindando un mayor impacto. Deben ser espacios pensados desde una perspectiva compleja, multidimensional y multifuncional”.

 ¿Cómo se pueden fomentar y expandir este tipo de iniciativas en la comunidad?

“Bueno creo es necesario, en primer lugar, difundirlas, dar a conocer los beneficios y la importancia que tiene para la salud individual pero también colectiva y ambiental, compartir conocimientos, sensibilizar e inspirar a otros a formarse para mejorar el bien-estar”.

La ingeniera agrónoma y profesora María Ana Ramón (a la derecha) junto a la licenciada Analia Fontana

¿Qué consejos o recomendaciones daría a aquellos interesados en involucrarse en la creación o gestión de huertos y jardines terapéuticos e inclusivos?

“Creo que el mejor consejo que uno puede dar especialmente a quienes ya tienen su huerto o su jardín y quieren abordar la dimensión terapéutica es que se formen, que investiguen, que cultiven la curiosidad. Que es necesario aprender, para habitar esos espacios y provocar rupturas en lo tradicional para hacer visibles múltiples de los beneficios que están en esos espacios de modo clandestino”.

5 thoughts on “Huertos y jardines terapeuticos

      1. Siempre fui amantes de las plantas, me interesa capacitarme, para ayudar a los demás, si fuera posible y también por mi. Y poder así darle un giro a mi vida laboral.

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