Misiones prohíbe la utilización de glifosato
La legislatura misionera estableció la prohibición del uso de glifosato en toda la provincia con fecha límite hasta 2025

Por Rodrigo Covarrubias
La provincia de Misiones, a través de la Ley de Promoción de Bioinsumos recientemente aprobada por la Cámara de Representantes y publicada en el boletín oficial este último martes, prohibió el uso del herbicida glifosato en toda la provincia, estableciendo al 2025 como fecha límite para su erradicación total. La Ley de Bioinsumos, “establece el marco regulatorio para la investigación, desarrollo, producción, procesamiento,registro, comercialización y utilización de productos biológicos naturales, conocidos como bioinsumos, que aportan a las políticas de sostenibilidad y sustentabilidad aplicadas a la agroindustria en la Provincia”.
En tanto, el artículo séptimo, que desató la polémica y los reclamos por parte de productores rurales y sectores agroindustriales de la provincia, indica: “Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la Provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos (2) años desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos actuales implementado a partir de la Ley XVI – N° 124 hacia métodos más amigables con el ambiente”.
La Ley XVI – N° 124, promulgada en 2018, regularizaba la aplicación de glifosato en el territorio provincial prohibiendo su uso en ejidos urbanos, comunidades originarias, establecimientos educativos y sanitarios, reservas naturales, centros turísticos y cursos de agua dulce. Ahora, a partir de la nueva ley, la prohibición se extiende a todo el territorio, convirtiendo a Misiones en la primera provincia en restringir totalmente el uso de dicho herbicida.
La normativa fue muy cuestionada desde sectores agroindustriales, federaciones y asociaciones rurales, y diversas cámaras empresariales y agropecuarias, que solicitaron al gobernador Ahuad que vete la ley, plantearon la necesidad de abrir el diálogo y hasta manifestaron que judicializarán el reclamo.
En cambio, desde la legislatura provincial, los impulsores de la normativa, Carlos Rovira, Martín Sereno y Marta Ferreira, se refirieron a la ley como un avance histórico en materia ambiental y como el camino hacia una agricultura sostenible.
La iniciativa principal de la nueva legislación es reemplazar los productos de síntesis química por bioinsumos, así como también promover la oferta comercial de estos últimos, los cuales actualemente cuentan con un mercado considerable.
La discusión sobre el glifosato
El glifosato es un herbicida utilizado en agricultura para la eliminación de hierbas y malezas, y es uno de los plaguicidas más frecuentados en las prácticas agrícolas de Argentina. Según un informe del INTA sobre productos fitosanitarios en el país, de los 580 millones de litros de agroquímicos que se vierten en suelo argentino cada año, 230 corresponden a herbicidas, entre los cuales se cuenta el glifosato. En este sentido, Argentina lidera las estadísticas globales en el uso de estos productos, tanto en la proporción por cantidad de habitantes como en la relación de litros aplicados por hectárea. Estos productos son comercializados en el país por empresas como Byer-Monsato, Syngenta o Atanor.

La discusión sobre el glifosato pasa por sus efectos en la salud de las poblaciones y las consecuencias en el medioambiente. Académicos como Andrés Carrasco o Hugo Goméz Demaio se dedicaron a investigar el impacto nocivo de estos agroquímicos en la salud humana. En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, dependiente de la OMS, reconoció toxicidad cancerígena de nivel 2 para el herbicida glifosato. Así también, en otra nota de este diario se habló de la investigación a cargo de Rafel Lajmanovich sobre la contaminación en los peces del río Salado por diferentes tipos de plaguicidas entre los cuales se incluía el glifosato como uno de los principales contaminantes.
El reclamo de los sectores del agro viene a raíz de que la producción agrícola argentina es extremadamente dependiente de los insumos agroquímicos o fitosanitarios, y en particular del glifosato. En este sentido, el citado informe del INTA expresa: “Los productos fitosanitarios constituyen una herramienta para el manejo de plagas de la cual, actualmente, la agricultura no puede prescindir completamente sin poner en riesgo el volumen y la calidad de la producción de alimentos, sin desconocer sus potenciales efectos para la salud de las personas y el ambiente”.