RIOS Y OCÉANOS CONTAMINADOS ¿ESE ES EL CAMINO?
El agua es indispensable para la tierra, pero está comprobado que no recibe el cuidado adecuado.
Por Roman Perez

Si observamos el planeta tierra desde el espacio, predomina el color celeste. Al menos el 70% de la tierra está cubierto por agua.
El agua es la sustancia más abundante del planeta que aporta el 50% del oxígeno que se respira. El 97% es agua que pertenece a los océanos y el resto es agua dulce. Se le puede llamar “pulmón del planeta” por su gran importancia.
Se trata de nuestro principal recurso natural, fuente de nuestro bienestar y salud y elemento indispensable para los procesos industriales, alimenticios, médico-sanitarios y, en general, para el desarrollo.
Cuidemos el agua, cuidemos nuestro futuro
AGUA CONTAMINADA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el agua contaminada como aquella cuya «composición haya sido modificada de modo que no reúna las condiciones para el uso que se le hubiera destinado en su estado natural». Es decir, no poder utilizar agua en ciertas ocasiones por su mal estado.
Es por eso que en la actualidad nos enfrentamos a un enorme reto: la contaminación de nuestras fuentes de agua más importantes, como son los ríos, los océanos, los canales, los lagos y los embalses.
Según la fundación We Are Water, ”Unas 13 millones de toneladas de residuos sólidos llegan cada año al océano. Es el equivalente a un camión de basura cada minuto. Según datos de las Naciones Unidas, “cerca de 11 millones de toneladas métricas de plástico ingresan a los océanos por año”. Es decir que el 80 % es plástico, y el 80 % de ese plástico viene de fuentes terrestres: ríos y aguas residuales principalmente”.
Los tipos de contaminantes plásticos que más se encuentran hoy en día son: colillas de cigarrillo (19,6%), fragmentos plásticos (18,7%), envoltorios plásticos (13,2%), bolsas plásticas (10%) y restos de nylon (8,1%). Un dato relevante de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, sostuvo que la contaminación por plástico en los ecosistemas marinos se podría duplicar al 2030 si todo sigue a este ritmo.
La Argentina se encuentra entre los 28 países en el mundo que más contamina este recurso. A continuación, algunos ejemplos de aguas contaminadas de ríos en el país argentino:
Río Matanza-Riachuelo
Es un curso de agua de 64 km al este de Argentina, que nace en la provincia de Buenos Aires, constituye el límite sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desemboca en el Río de la Plata. Se lo considera como el río más contaminado del país.

Río Reconquista
Es el río más contaminado del país después del Riachuelo. La contaminación de este río afecta a más de cuatro millones de personas, recorriendo 18 municipios de la Provincia de Buenos Aires.

Río Paraná
Cuando se produce una bajante en el río, queda demostrado su alto grado de contaminación. En este caso, se observa cómo en cada playa santafesina se puede comprobar la presencia de residuos en toda la orilla.

Río Mendoza
En el transcurso del tiempo, olores nauseabundos y la aparición de aguas con desechos pesados y de negra coloración mostraron la gravedad de lo que ocurría. Vecinos de zonas cercanas al río Mendoza en el distrito Palmira, de San Martín, vienen denunciando una serie de anormalidades en el medio ambiente.

Río Negro
Un equipo de periodistas de Río Negro pudo corroborar como se arrojan los desechos sin ningún tipo de tratamiento. A través de un caño en Cipolletti, miles de litros de líquidos cloacales sin tratar terminan descargados todos los días en un brazo del río Neuquén.

OCÉANOS
El océano es un indicador del impacto de nuestros modos de vida sobre el ambiente, cada segundo se arrojan 206 kg de residuos en nuestros mares. La mayor parte nunca se degradará totalmente.
Para combatir los residuos en nuestras costas, es preciso disminuir la producción de basura e impedir que acabe en nuestros océanos. Especialistas sobre el tema contaron que solo el 3% de todo el océano, que representa el 70% de la tierra, está protegido de manera efectiva.

Las Iniciativas Oceánicas explican el impacto del plástico sobre nuestros ecosistemas costeros, la forma en que fabricamos y usamos las cosas y sobre el impacto del uso del carbón, el petróleo y el gas como los causantes del cambio climático.
Es por eso, que la ONU acordó crear un tratado global para combatir la contaminación en los océanos. La resolución, propuesta en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, fue aprobada unánimemente.
El océano en todo el mundo y la biodiversidad que lo habita están en riesgo. Hay mucho por hacer. También cada ciudadano, con sus hábitos y decisiones puede contribuir a frenar la contaminación y mantener sana el agua. A continuación, tres pequeñas cosas que pueden convertirse en hábitos y frenar una degradación crucial:
Plásticos. Tela, madera, cartón y papel en vez de plástico. Es posible reducir al máximo el uso del plástico, sustituyendo, por ejemplo, las botellas descartables por termos o vasos personales. Otro hábito que suma es el empleo de bolsas de tela o cajas de cartón para hacer las compras. El champú en envase de plástico puede ser reemplazado por aquel que se vende a granel o en barra sólida. En el hogar, inclinarse por cepillos de dientes de madera biodegradable. Para afeitarse, usar hoja de metal recambiable. Para lavar los platos, recurrir a esponja vegetal.
Basura. Evitar tirarla en los márgenes de mares, ríos, lagos, lagunas y cualquier cuerpo de agua. Recordar que aun en ciudades alejadas del mar, casi toda el agua termina en los océanos. Y hacia ellos se arrastra todo lo que haya caído o se haya tirado en otras aguas.
Turismo y Deporte. En zonas marítimas, adoptar prácticas deportivas y turísticas responsables con el mar. Esto quiere decir no arrojar basura en él y respetar las velocidades máximas, para evitar accidentes con animales.