La novela original de Jurassic Park, y el dilema ambiental de los dinosaurios
La novela original de “Jurassic Park” de Michael Crichton, que inspiró a la película de 1993, abre los ojos a una problemática ambiental, del rol del ser humano, y su relación con la naturaleza.
Por Gastón Cheret

La saga del parque jurásico fue aclamada en la gran pantalla por décadas debido a su idea original, sus efectos, y especialmente la sorpresa que significó en ese momento. Pero no muchos fanáticos conocen la existencia de una novela, que dio origen a todo ese mundo.
Michael Crichton fue un escritor, guionista, director y productor de cine estadounidense. Célebre por sus trabajos en los géneros de la ciencia ficción, la intriga y la ficción médica. Crichton quería intentar explicar el fanatismo que sentimos como especie, a la figura de los dinosaurios. Es necesario tomar en cuenta que, en el momento de la publicación de la novela en 1990, estas criaturas no estaban tan presentes . Fue gracias a su trabajo como autor, y a la consecuente adaptación, que estos personajes llegaron a tomar un rol más destacado en la sociedad.
Crichton quería encontrar la raíz de esta fascinación. ¿Por qué existe una necesidad de conocer sobre estos seres? De los que solo se pueden contar historias. Es así como en todas las interpretaciones de esta saga, vemos reflejada la percepción de un chico a la figura de estos animales.

Las editoriales rechazaban esas historias que proponía Crichton, y le pedían aventuras donde un héroe salve a todos de bestias salvajes. Pero el autor mantuvo su sueño de explorar esa peculiaridad con el personaje de Tim. En la novela, este chico es mayor, y tiene más diálogo con el profesor Alan Grant sobre los dinosaurios.
Pero con el paso de los años, y las secuelas de esta historia, muchos han llamado la atención a una repetición de escenarios, con quejas de que las películas siempre muestran que los dinosaurios se escapan, y destruyen el parque. Esto se aborda en la novela, y contiene su alegoría filosófica. En primera instancia, Crichton se esforzó para crear un mundo lo más realista posible, donde explica el funcionamiento detallado de sensores de movimiento, y de seguridad, además de una descripción exacta de los procesos de laboratorio. Esto, en principio, genera temor en el espectador, porque no parece ficción, parece una escena que se daría en la realidad.
Crichton abre la novela hablando de la industria de la investigación científica, y el impacto de estos cambios en la sociedad. Como estos nuevos descubrimientos, están corrompiendo al ser humano. Alguien puede tomar un hallazgo científico, que no quiere entender, y hacerlo realidad. Crichton dice como la búsqueda de picos tecnológicos, no da lugar a pensar lo que hay en medio. Y se ve en la novela con Joe Hammond, el dueño del parque. El quería dinosaurios, entonces mezcló el descubrimiento de la savia con ADN, y la implementación molecular, y obtuvo lo que deseaba.
Ambos hallazgos científicos que se explican detalladamente en el libro, son ficticios, pero la experiencia del autor en las ciencias médicas, le permitió hacerlos parecer lo más realista posible.

A este cuestionamiento, se suma uno de los personajes mejor adaptados del libro a la película, el doctor Ian Malcolm, interpretado por el actor Jeff Goldblum, es un matemático que explica la teoría del caos. Esta plantea que en un sistema abierto, los cambios impredecibles están proyectados a ocurrir. Resulta ser la única negativa que se ve en toda la historia. Malcolm se mantiene durante todo el libro criticando las decisiones de Hammond.
“Si algo nos ha enseñado la historia de la evolución, es que la vida no puede contenerse, la vida se libera y extiende nuevos territorios, rompe las barreras, la vida se abre camino”

Entonces la novela hace otro gran comentario sobre Hammond, que en la película es un inocente, que solo quería entretener a sus visitantes, una victima que se dejó llevar por la disponibilidad que tenía al cumplir su sueño. Pero en el libro, es un personaje mucho más sencillo, se lo presenta como un millonario que solo quiere ganar más.

En la película se ve una escena de confrontación directa con Hammon y la doctora Sadler, donde él dice que quería mostrar algo real, quería sorprender, y el error fue no tener el control suficiente sobre los dinosaurios. Pero Sadler le dice que él nunca tuvo el control, que fue su culpa por su egoísmo, y no entender a estos animales, que los dinosaurios se escaparon.
En la novela, se habla mucho de la economía que maneja este parque, y Hammond tiene muchas conversaciones sobre eso con Genaro, un empresario, que maneja todo ese apartado, y muestra como hay mucha gente que se beneficiaria de la vida de estos animales, y que no les importa realmente su bienestar. Solo los ven como objetos. Se ejemplifica mucho el egoísmo del ser humano en esta situación. Estas personas dejan de ver a los animales por lo que son, ya que fueron creados, en sus ojos no son más que robots, tienen una propiedad sobre ellos.
Aunque en el mundo real los dinosaurios no puedan volver a la vida, en la ficción de Crichton, son usados como un ejemplo del daño que hace el humano a la naturaleza, que busca moldear y ajustarla a sus gustos, y no tiene respeto sobre las vidas que afecta. Los demás personajes se basan en la moral para contrarrestar este experimento, diciendo que no están reconociendo a estos animales como seres vivientes, y hasta es refutado por teorías matemáticas. Esto pone en evidencia el planteo sobre usar el ambiente para nuestro propio beneficio. La novela se posiciona, ubicando a Hammond y compañía, quienes buscan lucrar de la vida de los dinosaurios, y modificar la naturaleza sin restricciones, contra individuos menos poderosos, pero que los cuestionan moralmente.
En el final de la novela Grant, Sadler y Genaro, se encuentran una cueva con nidos de dinosaurios. Una de las problemáticas era que había especímenes nacidos en la intemperie que no estaban registrados. Sadler observa cómo el nido está alineado de forma especial, y todos los dinosaurios miran a la misma dirección, casi como una práctica común en la especie. Más tarde, en una playa, los ven de nuevo mirando al horizonte del oceano, casi queriendo moverse. Otro tema que se plantea en la película es que los dinosaurios se escondían en los barcos, y escapaban.

Grant, teoriza que su trabajo, la arqueología, no le permite ver estos aspectos, porque no se puede sacar pautas o costumbres de un esqueleto. Llega a estas conclusiones, ya que nota algo especial en estos individuos. Durante toda la novela se los trata como animales de entretenimiento, y atracciones, antes de entrar al nido, Genaro no se quería hacer cargo de eliminar a sus creaciones, y Grant lo confronta, diciéndole que no se quiere hacer cargo de sus errores, que el permitió que Hammond haga lo que quiera, y por su culpa pasó todo.
Por más que en la película no se pudo mostrar todo eso, hay planos que dan a entender las influencias que tomó Crichton sobre las grandes caras de la paleontología, y las preguntas más comunes en esa escuela; ¿Eran de sangre fría? ¿Son más similares a los lagartos o a los pájaros? Grant termina siendo un elemento clave para la novela, un paleontólogo, que vive en carne propia sus estudios, y busca responder esas preguntas. Reconoce la naturaleza de estos seres, y cómo se manejan. Traerlos devuelta perjudicaba en muchas cosas, pero también ayuda a entenderlos mejor.
Los científicos y Hammond pensaban que eran especies únicas, que ellos los crearon, y solo ellos dictaban su comportamiento, pensaban que tenían el control. Pero se equivocaron, estos animales desarrollaron sus propias ideas, y fueron más que una creación, porque en ello fallaron, no los vieron como seres vivos, y una característica de las aves, es querer emigrar, expandirse, tienen su organización y sus instintos. En eso se equivocaron Hammond Genaro, y todos, se olvidaron de que la vida “se abre camino”.
En nuestro mundo, no tenemos que preocuparnos de los derechos básicos de criaturas prehistóricas que regresan a la vida. Pero sí existen personas como Genaro, o científicos e intelectuales que realizan experimentos con el fin de expandir las barreras de la realidad, pero que terminan afectando a inocentes. Y también pueden haber Hammonds, que quieren cumplir fantasías, sin deseo de herir a nadie, pero según Crichton, lo peor que puede pasar es cuando el hombre se pone en una posición donde no debería estar, que perjudica a las verdaderas víctimas, sean una especie animal, sea un bosque, o un tiranosaurio.