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¿Cómo reducir la huella de carbono de los videojuegos?

Los videojuegos se han convertido en una forma de entretenimiento cada vez más popular en todo el mundo, pero su creciente demanda también ha despertado preocupaciones sobre su impacto en el medio ambiente.

Por Iván Naciff


La producción de componentes electrónicos y el ensamblaje de consolas requieren una gran cantidad de energía y recursos naturales, como metales, plásticos y materiales químicos. Su extracción y procesamiento emiten gases de efecto invernadero y consumen una cantidad significativa de energía

A medida que los juegos se vuelven más sofisticados en términos de gráficos y características, también aumenta su consumo de energía y su huella de carbono asociada. Hay especialistas informáticos que saben cómo los videojuegos afectan al ambiente y dan consejos para que los jugadores ayuden a reducir la huella ambiental.

La producción y distribución de videojuegos también contribuye al impacto ambiental. La fabricación de consolas y componentes electrónicos, así como la distribución física de juegos en discos, también implican emisiones de carbono. Sin embargo, la industria de los videojuegos está tomando medidas para reducir su contaminación.

Cuando las consolas llegan al final de su vida útil, pueden convertirse en residuos electrónicos.

A+S dialoga con Lucas Gabriel Argharañaz, técnico informático. Contribuye a reducir la huella de carbono aconsejando a los jóvenes sobre el uso, el cuidado y el mantenimiento de las consolas de videojuegos para asegurar menos contaminación ambiental.

¿Cuáles son los principales factores que contribuyen a la huella de carbono de las consolas de videojuegos?

El funcionamiento constante y a menudo intensivo de las consolas requiere una cantidad significativa de energía eléctrica, lo que contribuye a las emisiones de carbono si la electricidad proviene de fuentes no renovables. Su uso prolongado suele implicar la generación de calor y el equipo puede requerir sistemas de enfriamiento adicionales que consumen energía extra.

La fabricación de consolas y sus componentes implica la extracción y el procesamiento de materiales, así como de energía. Además, el transporte de estos productos a nivel mundial agrega emisiones de carbono y el embalaje genera residuos y emisiones, especialmente si se utilizan envases excesivos o no sostenibles.

Las consolas de videojuegos consumen electricidad mientras están encendidas y en uso

¿Qué medidas se pueden tomar para reducir el consumo de energía de una consola de videojuegos sin comprometer el rendimiento?

La mayoría de los juegos permiten ajustar la calidad de los gráficos y la resolución. Reducir la configuración gráfica puede disminuir significativamente el consumo de energía de la Unidad de Procesamiento Gráfico (GPU) sin afectar demasiado la experiencia de juego.

Algunos juegos incluso consumen menos energía que otros, podés elegir los que tengan requisitos de hardware más bajos para reducir la carga de la consola.

Tenés que asegurarte de apagar completamente la consola en lugar de dejarla en modo de suspensión. Este estado aún consume energía para mantener el equipo listo y reanudar el juego rápidamente, mientras que apagarlo por completo reduce el consumo a cero.

Algunas consolas tienen funciones adicionales, como luces LED o características de voz, que pueden apagarse para reducir el consumo de energía. También tenés que mantener el firmware de tu consola actualizado, ya que las actualizaciones pueden incluir mejoras en la eficiencia energética.

Si tendés a olvidar la consola prendida podés considerar configurar un temporizador eléctrico para que se apague automáticamente después de un período de inactividad. Si jugás en un monitor o en un televisor externo, elegí uno con certificación de eficiencia energética y configuralo para que se apague automáticamente cuando no lo uses.

Hay que evitar que la consola se sobrecaliente, ya que los sistemas de enfriamiento adicionales consumen más energía. Para esto tenés que asegurarte de que tenga suficiente ventilación y de que esté ubicada en un lugar bien ventilado.

La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños de 2 a 5 años tengan un límite de 1 hora al día de tiempo de pantalla, mientras que los niños de 6 años en adelante deben tener límites específicos basados en su edad, madurez y necesidades individuales.

¿Cuál es el papel de la industria de los videojuegos en la promoción de prácticas sostenibles?

Las empresas de videojuegos están buscando formas más sostenibles de producir hardware y software. Esto incluye la reducción de emisiones de carbono en la fabricación y distribución de consolas y otros dispositivos, así como la implementación de prácticas de gestión de residuos y reciclaje. Muchas compañías están invirtiendo en energía renovable para alimentar sus centros de datos y servidores, reduciendo su dependencia de fuentes de energía tradicionales.

Algunos estudios de desarrollo de videojuegos están creando juegos que abordan temas ambientales y promueven la conciencia ecológica. Estos pueden educar sobre cuestiones ambientales y fomentar comportamientos sostenibles.

También están implementando programas de compensación de carbono para equilibrar las emisiones generadas por sus operaciones. Esto implica una inversión en proyectos ecológicos que absorben o reducen emisiones equivalentes a las generadas por la empresa.

La fabricación de componentes electrónicos también puede requerir grandes cantidades de agua, lo que puede ejercer presión sobre los recursos hídricos locales en áreas donde se producen estos componentes.

¿Cómo influye la transición hacia los juegos digitales en la reducción de la huella de carbono de los videojuegos?

Los juegos digitales no requieren la producción de discos físicos ni envases. Esto reduce significativamente las emisiones de carbono asociadas a la fabricación y elimina la necesidad de transportar los productos a tiendas minoristas.

Al no haber discos físicos también se reduce la generación de residuos electrónicos, ya que no hay productos obsoletos que necesiten ser desechados. Permiten a los desarrolladores lanzar actualizaciones y parches de manera más eficiente, sin la necesidad de enviar otros discos.

Lo más importante es que a medida que los juegos digitales ganan terreno la demanda de las consolas físicas también puede disminuir. Esto significa menos producción de hardware y una reducción en los niveles de contaminación. Además, la eliminación de juegos físicos de las tiendas minoristas conlleva una disminución en las emisiones de carbono asociadas a la operación de estas tiendas y a la refrigeración de sus espacios de almacenamiento

La Xbox Series X y la Xbox Series S son las consolas de nueva generación de Microsoft. La Xbox Series X consume más energía durante el juego, alrededor de 160-200 vatios, mientras que la Xbox Series S consume menos, aproximadamente 65-75 vatios.

¿Existen diferencias significativas en términos de consumo de energía entre diferentes plataformas de videojuegos?

Sí. Estas diferencias se deben a las variaciones en el hardware y en la arquitectura de las consolas y PCs gaming, así como a las especificaciones de rendimiento de cada plataforma.

Las consolas de videojuegos de última generación, como la PlayStation 5 y la Xbox Series X, tienden a ser más eficientes en términos de consumo de energía en comparación con sus predecesoras. Han adoptado arquitecturas más modernas y eficientes desde el punto de vista energético.

Las consolas portátiles, como la Nintendo Switch, generalmente tienen un consumo de energía más bajo en comparación con las consolas de sobremesa de alta gama. Esto se debe a su diseño compacto y a menudo a sus especificaciones de hardware más modestas.

El consumo de energía de una PC gaming puede variar ampliamente según sus componentes. Las personalizadas le permiten a los usuarios elegir un hardware específico, pueden tener configuraciones de alto rendimiento y alto consumo de energía o pueden ser más eficientes desde el punto de vista energético.

Más importante aún es que las consolas de videojuegos retro, como las de la década de 1980 y 1990, generalmente tienen un consumo de energía muy bajo en comparación con las modernas. Su hardware más simple y la falta de características avanzadas contribuyen a este bajo consumo.

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