Día Mundial del Hábitat: un llamado a la acción por ciudades sostenibles
El primer lunes de octubre celebramos el Día Mundial del Hábitat, una oportunidad para reflexionar sobre nuestras ciudades, el derecho a una vivienda digna y el impacto ambiental de los asentamientos humanos
Por Carla Frías
Este año, bajo el lema “Planificación para un Futuro Urbano Sostenible”, se hace un llamado a los gobiernos, organizaciones y ciudadanos a reestructurar el diseño de las ciudades para hacer frente a la crisis climática, la escasez de recursos y la creciente desigualdad. Las ciudades, que hoy son motores económicos y culturales, están enfrentando un colapso si no se gestionan adecuadamente.
La vivienda es uno de los temas centrales de este día. Según datos de ONU-Hábitat, más de 1.600 millones de personas en todo el mundo carecen de una vivienda adecuada, mientras que más de 100 millones de personas no tienen hogar. El acceso a una vivienda digna no es solo una cuestión de bienestar personal, sino un derecho humano fundamental que impacta en el desarrollo económico y la estabilidad familiar. Sin embargo, la falta de políticas públicas efectivas y la desigualdad en el acceso a recursos hacen que millones de personas queden excluidas de este derecho básico.
El impacto de la expansión urbana sobre el hábitat animal nos muestra un panorama totalmente negativo. Bosques, selvas, humedales y otras áreas naturales son reemplazados por edificaciones, carreteras y centros industriales, lo que no solo fragmenta los ecosistemas, sino que también limita el acceso de los animales a alimentos y refugio. Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el 25% de los mamíferos y el 41% de los anfibios están en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat. A medida que los humanos ocupan más espacio, los animales se ven empujados a territorios más pequeños, a menudo menos adecuados para su supervivencia.
La planificación urbana no solo debe centrarse en mejorar las condiciones para los seres humanos, sino también en preservar y restaurar los hábitats naturales de las especies animales. Las soluciones innovadoras, como el diseño de corredores ecológicos en las ciudades, permiten que la fauna silvestre se mueva libremente entre áreas verdes fragmentadas. Asimismo, los gobiernos están llamados a integrar estrategias de conservación de la biodiversidad en sus políticas de desarrollo. Esto implica no solo la creación de parques y reservas naturales, sino también la protección activa de los ecosistemas que están bajo amenaza.