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Rescatan materiales de pesca en la Patagonia

Cabelma ha reciclado en un año 150 toneladas de plástico de materiales de pesca, como boyas, redes o cajones, de las islas del sur argentino Tova y Tovita. Su director ejecutivo Francis Van Lierde presupone que terminan en la naturaleza por “error” o por “accidente”

Campaña de recolección de artes de pesca en la Isla Tova, Chubut

Por Florencia Padrón

A+S dialoga con Francis Van Lierde, el director ejecutivo de Cabelma. Su empresa familiar, dedicada al reciclaje plástico y a la fabricación de cajones, se convirtió en pionera en el uso del financiamiento de bonos de plástico para reciclar un material “costoso“.

“Si no fuese por los bonos de plástico nosotros no estaríamos reciclando estos productos -las artes de pesca-. Es un material muy difícil de reciclar, muy costoso”, explica Francis. Defiende que el plástico es un material bueno, que sirve para reciclar, pero “está tirado” contaminando en una isla o en la vereda por una cuestión económica.

Recupero de artes de pesca

En busca de solucionar el problema del financiamiento del reciclaje, el Banco de plástico, creado por Carlos Briones, es la primera organización de Sudamérica que permite el intercambio de bonos de plástico. En este sistema las recicladoras pueden emitir y vender bonos por cada tonelada de plástico reciclada, y otras empresas productoras les pueden comprar estos títulos.  

“El bono representa la responsabilidad de haber recolectado y reciclado el equivalente a una tonelada de plástico. No tiene que ver con el material en sí”, aclara Francis. Su recicladora familiar, que recuperó en un año 150 toneladas de plástico, vendió los bonos a US$ 600 la tonelada a dos empresas, la productora de anteojos argentina Borneo y la embotelladora de agua estadounidense Zen Water. 

Proceso reciclado de cajones

El primer caso

Cabelma es una empresa familiar fundada en 1952. Su nombre significa Cajones Belga de Madera. “El belga era mi abuelo y los cajones en ese momento eran de madera. Con la tecnología, empezamos a fabricar en los 70’ productos de plástico”, explica Francis. En la industria reciclan el rechazo de sus propios productos o material que le compran a cooperativas.

Cuentan con alianzas en La Patagonia que recolectan y reciben artes de pesca en desuso, y hacen campañas para rescatar estos materiales en las islas Tova y Tovita, ubicadas en Chubut. “La idea nace de recuperar las redes de pesca de la Patagonia como un caso piloto de un material muy difícil de reciclar, muy costoso, y que únicamente cobra sentido si recibe este ingreso adicional por la venta de los bonos”.

Eligieron las islas Tova y Tovita, hábitat de elefantes marinos y pingüinos, porque vieron en los medios noticias sobre la contaminación de plásticos que nadie quería recibir en la Patagonia, y particularmente en estas islas.

“No sé por qué terminan ahí, pero puedo decir con seguridad que nadie quiere perder intencionalmente estos objetos. Son de su propiedad privada y cuestan dinero”, considera. Por eso, cree que la causa de que los pierdan en el mar patagónico es por accidente, malos manejos o errores.

Clasificación de redes

Insiste que el motivo de que estos insumos no se reciclen y sigan contaminando es económico. “Son innumerables costos ocultos, recogerlos de las islas, cargarlos en el bolsón, ponerlo arriba del barco, volver al puerto, ponerlo arriba de un camión y recorrer miles de kilómetros para llevarlos al reciclador -ubicado en Buenos AIres-”.

Resalta que pueden recolectar estos insumos en las islas y llevarlos a los puertos gracias a la colaboración de “innumerables” instituciones.“Muy distintos actores han trabajado con mucho esfuerzo y desinteresadamente para ser parte de este proyecto, desde la gobernación de Chubut, Municipios, la prefectura, Parques Nacionales, mucha gente involucrada”. 

Recuperado de artes de pesca en la Isla Tova

¿Qué beneficios obtuvieron al vender los bonos de plástico?

La parte económica es el principal premio y creo que es importante mencionarlo porque es un incentivo para que más recicladores presenten sus proyectos, los auditen, y puedan recibir un ingreso extra para reciclar. Las auditorías nos tomaron alrededor de 2 días de trabajo, verificaron que toda la documentación estuviera en orden. Entonces, si uno está en regla, no debería haber ningún inconveniente. Es como un examen en la universidad, si uno está preparado, lo pasa bien

Después, hay otro beneficio que es difícil de cuantificar, el hecho de hacer algo distinto, de ser pionero. A mí personalmente me da mucha satisfacción sentir que desde Cabelma estamos haciendo un proyecto piloto para probar el concepto de bonos de plástico. Hemos demostrado que funciona y ojalá sea un caso de éxito que pueda entusiasmar a otros recicladores, a otras empresas y a otras personas.

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