Dolor crónico desconcertante mejora tras dosis de microbios intestinales
Un pequeño ensayo preliminar y estudios en ratones están comenzando a trazar un vínculo sorprendente entre la fibromialgia y las alteraciones en el microbioma intestinal
Por Judith Betina Scheyer
La fibromialgia afecta hasta el 4% de la población mundial. Se trata de una condición extraña, compleja y todavía muy poco comprendida, que provoca dolor muscular generalizado y una fatiga profunda… sin que exista daño visible en los tejidos.
A pesar de décadas de estudios, las causas exactas siguen siendo un misterio, y los tratamientos actuales no siempre son efectivos. Pero un nuevo camino de investigación podría estar cambiando el escenario: los microbios intestinales.

En 2019, un equipo de científicos liderados por Amir Minerbi, del Instituto Tecnológico de Israel —el Technion—, descubrió que las mujeres con fibromialgia tenían un microbioma intestinal muy diferente al de mujeres sanas.
Esto llevó a una hipótesis audaz: ¿y si los microbios del intestino fueran parte de la causa… y también parte de la solución?
Los investigadores realizaron un experimento en ratones sin microbiota, es decir, sin bacterias en su organismo. Trasplantaron diminutas muestras de heces de mujeres con fibromialgia y de mujeres sanas. Los resultados fueron contundentes: los ratones que recibieron microbios de pacientes mostraron mayor sensibilidad al dolor por presión, calor y frío, además de más dolor espontáneo, en comparación con los que recibieron microbiota de personas sanas.
Después, intentaron revertir la situación: administraron antibióticos a los ratones con microbiota «dolorosa» y luego les trasplantaron microbios de mujeres sanas. ¿El resultado? Los ratones mejoraron. En cambio, aquellos que no recibieron antibióticos antes del segundo trasplante no mostraron cambios.
Estos hallazgos indicaban que los microbios intestinales no solo estaban involucrados, sino que también podían ser una puerta de entrada a un posible tratamiento.
Así fue como pasaron a una prueba clínica con personas
Seleccionaron a 14 mujeres con fibromialgia severa y resistente a los tratamientos habituales. Todas recibieron primero antibióticos y luego, durante 10 semanas, ingirieron cápsulas que contenían bacterias intestinales de mujeres sanas.
Los resultados entusiasmaron al equipo: 12 de las 14 participantes reportaron mejoras en el dolor, en la ansiedad y en los trastornos del sueño.
El efecto secundario más frecuente fue la fatiga, pero aun así, los beneficios fueron notables.

Los microorganismos que viven en el intestino humano pueden afectar muchas funciones biológicas, incluida la percepción del dolor. Crédito: Steve Gschmeissner/Science Photo Library
La hipótesis de los investigadores es que los microbios intestinales de personas con fibromialgia podrían estar alterando el sistema inmunológico, llevándolo a atacar circuitos neuronales que regulan la percepción del dolor. También podrían estar transformando compuestos del hígado en sustancias que aumentan la sensibilidad al dolor.
La historia real que le pone rostro a este hallazgo
Rina Green, una mujer de Haifa, Israel, fue una de las participantes de este estudio.
Todo comenzó para ella con un simple dolor de espalda. Dos años después, a fines de 2022, el dolor invadía su cuerpo entero, al punto de no poder levantarse de la cama y de necesitar una silla de ruedas.
Ningún analgésico ni terapia física le traía alivio. Hasta que, hace ocho meses, comenzó a participar en esta terapia experimental con cápsulas de microbiota sana.
Desde entonces, su dolor disminuyó de manera significativa, y ahora, a sus 38 años, Rina volvió a salir a caminar, algo que no había podido hacer desde que fue diagnosticada con fibromialgia.
Si bien el ensayo es pequeño y los resultados deben tomarse con cautela, para Rina, y para muchos pacientes como ella, representan una enorme luz de esperanza.