Joyas con residuos electrónicos
Melisa Guevara utiliza cables y discos duros para realizar pulseras, collares y aros sustentables
Entrevista por Judith Scheyer
Edición por Florencia Padrón
A+S dialoga con Melisa Guevara, mendocina graduada en diseño industrial en la UNCUYO. Produce “ecojoyas”.
Desde el punto de vista empresarial no estamos acostumbrados a la combinación de la joyería y la sustentabilidad ¿Cómo nace este proyecto?
Mientras buscaba un espacio profesional, se me presentaron pedidos de diseño sustentable y me di cuenta que ese era el camino que tenía que tomar. Así, me encontré a mí misma trabajando como diseñadora de joyería en la industria de moda sostenible.
¿En la universidad te formaste como una profesional con una mirada sustentable?
Yo me egresé en 2015. No puedo hablar de ahora, pero quizás cuando yo cursé no había esa impronta tan enfocada hacia la sustentabilidad y hacia la responsabilidad que necesitan los diseñadores.
¿Qué principios se necesitan para armar un proyecto sustentable?
Principalmente, la investigación. Siempre hago hincapié en encontrar las materialidades con las que uno se logre identificar. Por ejemplo, a mí me pasó con los residuos electrónicos. Averigué que se utilizan en pocos proyectos y que son materiales heterogéneos que, con diseño y metodología, se puede llegar a un producto de calidad y elegante.
¿Cuándo decís residuos electrónicos te referís a los RAEES -Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos-?
Exactamente, que no todos pueden ser manipulados. Por eso, es tan necesaria la información. Cuando empecé con este proyecto me di cuenta que existe muy poca sobre estos residuos.
¿Qué haces con los desechos de una computadora, un celular o cualquier artículo?
Dentro de estos materiales hay plásticos, vidrios, metales pesados que no se pueden reciclar -son residuos peligrosos-, pero otras partes sí. También hay elementos de los que es muy difícil saber su composición. Es una problemática transversal.
En la Unión Europea este residuo está siendo estudiado específicamente y es el más preocupante. No es tan contaminante como la industria textil o el plástico, pero sí es el que más está creciendo y no se le encuentra una solución.
¿De dónde obtenés el material?
Soy una pequeña agente de esta cadena. Yo no recepciono, sino que voy a las recicladoras urbanas y ahí adquiero los materiales que me pueden a servir.
¿Cuál sería un ejemplo?
Por ejemplo, acá tengo una mini cartera hecha de un disco duro de bicicleta y los flecos que están cayendo son de una cámara de bicicleta. Está decorada con cables tejidos de monitores de computadora y los tornillos también son reutilizados de un disco duro.
No obstante, para poder llegar a esto, primero hay una fase de investigación y de diseño. También de estudiar cómo utilizar estos materiales, qué técnicas aplicar. Entonces, se abre todo un mundo.
Entonces, obtenés ese material en lugares especiales que reciclan residuos eléctricos y electrónicos…
Exactamente, la gente va y los deposita. Yo los busco y ellos me ayudan a separar las partes que a mí me interesan y se los compro.
¿Se compran?
Claro. Ese es el comercio justo que hay que empezar a fomentar en cuanto a la sostenibilidad.
¿Cómo sigue el circuito? ¿Tenés un taller en Mendoza?
Tengo un taller pequeño en mi casa, allá vuelvo a seleccionar los materiales, realizo todo el proceso de tejido de las partes y luego el montaje.
¿Qué tipo de material usaste en lo que trajiste?
Acá tengo un juego de gargantilla y una pulsera de diferentes tipos de cables trenzados. Las partes que utilizo son de disco duro. Se pueden lograr muchas cosas a partir de materiales que son desechos, que ya produjeron un impacto al ser seleccionados, extraídos de la tierra y desechados.
¿Los clientes te pueden hacer pedidos?
De hecho, lo que más me gusta es hacer pedidos.
¿Cómo se vende? ¿Quién te compra?
Vendo online. Más afuera del país te podría decir. Yo empecé a buscar plataformas para insentarme en el mundo de la moda sustentable y quedé seleccionada en el evento Mola Fashion Week de Punta del Este -Uruguay- en el 2022. Estuvimos toda una semana en exposiciones, eventos y gané un premio. Me permitió tener mucha visibilidad.
¿La venta de joyas te permite sobrevivir económicamente?
Es uno de los modelos de negocios. Después, están las capacitaciones. También estoy comenzando a enseñar a quienes deseen trabajar esta técnica diferente y esta nueva materialidad. Me cuesta encontrar a gente que coopere con este proyecto porque no están acostumbrados.
¿Qué apoyo tenés desde instituciones gubernamentales o de la universidad en Mendoza?
El año pasado fui seleccionada entre los proyectos de Mendoza Emprende y eso me permitió comprar maquinarias y herramientas para mi taller. Ahora me han invitado a participar de la Universidad Nacional de Cuyo en un equipo de investigación para la inteligencia artificial. No está tan relacionado con esto, pero estoy solita en este camino.
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