LOBOS CON PIEL DE CORDERO EN LA COP29
Lobbistas de los combustibles fósiles intentaron influir en las negociaciones con soluciones tecnológicas ineficaces, acusados de ser parte de un «greenwashing»
En el marco de la COP29, que se celebró en Azerbaiyán, la coalición Kick Big Polluters Out ha alertado sobre la presencia de más de 1,700 lobbistas –personas que se dedica a defender los intereses de un grupo ante las administraciones públicas y a influir en las políticas públicas- que representaron los intereses de los combustibles fósiles. Estos representantes, provenientes de diversas empresas y sectores, buscaron influenciar en las negociaciones de la cumbre, promoviendo soluciones tecnológicas que, según críticos, no abordan el problema central del cambio climático: el uso de los combustibles fósiles.
Mientras se presentaron propuestas «amigables» con el ambiente, como la captura y almacenamiento de carbono, activistas y expertos señalaron que estas iniciativas no son más que una fachada de «greenwashing» -lavado verde-, diseñadas para dar una imagen de sostenibilidad sin atacar las causas profundas del calentamiento global. Esta estrategia se asemeja más a una táctica publicitaria engañosa que a una solución real y efectiva contra el cambio climático.
El país anfitrión, Azerbaiyán, cuya economía depende en gran medida de los combustibles fósiles, está impulsando su producción de gas con un aumento proyectado del 30% para 2035. Este contexto, sumado al hecho de que 2024 podría ser el año más caluroso de la historia y las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron un récord histórico de 57,1 gigatoneladas en 2023, pone de relieve la falta de medidas concretas por parte de los países y empresas responsables.
En lugar de medidas de no emisión, como la reducción del uso de combustibles fósiles, los principales actores de la cumbre han propuesto soluciones como la captura de dióxido de carbono, una tecnología costosa y que no resuelve el problema central: la emisión de gases de efecto invernadero. La coalición Kick Big Polluters Out también destacó que muchos de los 500 representantes que promueven esta tecnología en la COP29 no solo provienen de empresas, sino que algunos son enviados directamente por gobiernos.
La influencia de los lobbistas de combustibles fósiles es tal que, si se considerara su presencia como un país, su delegación sería la cuarta más grande, superada solo por Azerbaiyán, Brasil y Turquía. Entre las empresas que representan estos intereses se encuentran gigantes como Chevron, Shell y ExxonMobil, así como representantes de sectores como la agricultura, el turismo, la industria automotriz y las bebidas.
Mientras tanto, las organizaciones sociales y otros sectores con una visión más comprometida con la acción climática siguen siendo una minoría frente al poder de las grandes corporaciones que buscan retrasar la transición energética. El greenwashing, lejos de ser una solución, se está consolidando como una herramienta para mantener el status quo en un momento crítico para el futuro del planeta.