ENERGÍA HIDRÁULICA: UNA FORMA DE ENERGÍA LIMPIA
Una de las energías destacadas en el mundo, por ser renovable y no producir contaminantes, es la energía hidroeléctrica. Esta es una fuente confiable, versátil y de bajo costo de generación de electricidad limpia.
Por Exequiel Leal
El mayor problema ambiental que tiene el mundo es el calentamiento global, producido por los gases de efecto invernadero, aquellos que mayormente se producen por la ignición de combustibles fósiles: petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo.
En esta circunstancia, la energía hidráulica es una gran solución, ya que cuenta con una baja intensidad de emisión de gases de efecto invernadero en comparación con otras formas de energía. Este es un factor extremadamente importante, debido a que la estabilización de los gases atmosféricos es uno de los mayores desafíos ambientales que enfrenta el mundo hoy en día.
Actualmente, a nivel global, se cree que ha sido empleado solo el 30 % del potencial hidroeléctrico identificado, con lo cual el sector tiene por delante una gran posibilidad de crecimiento.
Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la capacidad hidroeléctrica existente en el mundo tendrá que crecer alrededor del 60 % en 2050, para llegar a 2150 gigavatios (GW) y así ayudar a limitar el aumento de la temperatura global.
La proyección señalada se ve reflejada en el índice de crecimiento anual medio mundial, de la capacidad instalada de energía hidráulica, que fue del 2,1 %, liderado por países como Brasil, Canadá, China y Estados Unidos. Estas naciones son las generadoras más grandes de hidroelectricidad del mundo y, en conjunto, producen más del 50 % del total.
En Argentina, la potencia instalada de energía hidroeléctrica representa el 33,1 % del total y cuenta con 95 aprovechamientos hidroeléctricos: 17 grandes represas, entre las que se destacan las binacionales Yacyretá (3200 MW) en la provincia de Corrientes y Salto Grande (1890 MW) en Entre Ríos, y las centrales de Piedra del Águila (1400 MW) y El Chocón (1260 MW) en la provincia de Neuquén; y 78 de menor envergadura.
Centrales hidroeléctricas
El uso del agua como fuente de energía es muy antiguo. Antes de la Era Cristiana, se utilizaron los cursos del líquido para mover ruedas de molinos o elevar el agua para el riego. Sin embargo, recién a finales del siglo XIX, comenzó a usarse la energía del agua para generar electricidad.
Lo habitual es conservar la sustancia líquida en embalses para liberarla en sentido del flujo, transformando así la energía potencial gravitatoria en energía cinética. El agua en movimiento se utiliza para generar electricidad al hacer girar las turbinas acopladas a generadores.
De igual manera, solo una pequeña minoría de las represas del mundo se construyen para energía hidroeléctrica y la mayoría se utilizan para riego, suministro de agua, control de inundaciones y otros fines.
En general, hay dos formas para beneficiarse del movimiento del agua: acumulandola en un embalse o reservorio, para poder controlar su flujo, o aprovechando la fuerza del paso del agua por el flujo natural del río. Como resulta ventajoso no depender enteramente del cauce natural del río, la primera opción es la que más se ha aplicado.
Desarrollos recientes en el país
En 2017, se aprobó la factibilidad de los aprovechamientos hidroeléctricos del río Santa Cruz ubicados en la provincia homónima, que constituyen un proyecto destacado de infraestructura pública, muy significativo en términos de políticas de impulso de energías renovables, asumido por el Estado Nacional.
El aprovechamiento está integrado por dos represas, La Barrancosa y Cóndor Cliff, que en conjunto, tendrán una potencia instalada de 1310 MW resultando ser una de las más importantes hidroeléctricas nacionales.
La Barrancosa tendrá 360 MW y 5171 gigavatios-hora (GWh), mientras que Cóndor Cliff tendrá una potencia instalada de 950 MW y una capacidad de generación anual de 3268 GWh respectivamente.
Distancia entre Cóndor Cliff y La Barrancosa. Un emprendimiento para el aprovechamiento del Río Santa Cruz
La iniciativa pasó por varios procesos de evaluación de impacto ambiental y audiencias públicas, y tiene previsto finalizar en el año 2022.
Por otra parte, en 2019, el Complejo Hidroeléctrico Salto Grande de 1890 MW, entre Argentina y Uruguay, inició un programa de modernización con el objetivo de mejorar la producción, eficiencia y seguridad de electricidad. El proyecto de 30 años incluirá la renovación de equipos eléctricos y electromecánicos, así como la infraestructura civil.
Un articulo muy interesante. Gracias por la ilustración. Saludos.